Historia

Una empresa familiar con larga trayectoria.
Conocé nuestros inicios y el recorrido.

1990

Eran los noventa y producir en Argentina era muy difícil, pero para Jorge Duschinsky eso no era un problema, sino más bien un desafío. Sólo había que encontrar algo lo suficientemente novedoso para que pudiera llamar la atención y destacarse en un mar de oferta donde era muy complicado competir.
Con pruebas en la cocina de su casa y dibujos milimétricos hechos con lápiz y regla, de máquinas que todavía no se habían inventado, Jorge desarrollo el prototipo de lo que quería hacer, una golosina que fuera única; pero no sólo hubo que crear el producto, sino también la forma de hacerlo y esa fue la parte más compleja y la que más dolores de cabeza causó.
No era la primera vez que Jorge emprendía algo con entusiasmo y su familia lo tomó con escepticismo, pero igual lo apoyaron y empezaron de forma muy rudimentaria a dosificar a mano y con un embudo gelatina dentro de moldes con formas de frutas. Así fue como se hicieron los primeros chupetines Tembleke que no tardarían en convertirse en un éxito que disfrutan tanto chicos como grandes.
El nombre del producto surgió un poco en chiste en una conversación familiar entre Jorge, su esposa y sus dos hijos, pero cuando lo empezaron a repetir se dieron cuenta que sonaba bien y que capturaba la esencia de lo que querían vender.
Del embudo hasta las máquinas automáticas pasaron muchas cosas, pero no hubo un sólo día en que no se fabricara Tembleke,el clásico argentino de gelatina.
Actualmente Andrea, hija de Jorge, sigue adelante con el proyecto. Tienen muchos productos distintos, todos libres de TACC y una línea vegana.
Aunque hubo muchas modificaciones, hay algo que no cambio: la receta original. El Tembleke 2025 es el mismo que se inventó hace más de 30 años. Los clásicos nunca pasan de moda
EXPERTOS EN GELATINA